La broma de la comunicación empresarial I (Los medios de comunicación)

A estas alturas, nadie puede negar la importancia que para cualquier organización tiene mantener unas buenas relaciones con los medios de comunicación dentro de su estrategia de comunicación empresarial, ya que constituyen el mayor altavoz que nuestro mensaje puede tener.

Ahora bien, lo importante de este asunto es definir ese “buenas relaciones”. No se trata ni de tomar cañas, ni de irte de marcha por ahí, se trata más bien de cordialidad, colaboración y, sobre todo, respeto.

Partiendo de la base de que es una relación de necesidad mutua (siempre y cuando la organización haya sabido situarse como fuente válida e importante para los medios), trataremos de ver siempre a los periodistas como aliados y no como enemigos.

Para que esto pueda surgir, la organización debe ofrecer, tal y como decíamos en este post, unos contenidos de calidad, que aporten un valor añadido, para que sean considerados dignos de publicación. Es entonces, cuando  realizamos un trabajo de calidad y útil para ellos, cuando la relación se convierte en un dar y recibir mutuo que satisface a ambas partes.

Siempre pueden surgir roces en esta relación, derivados de tratamientos considerados inadecuados por alguna de las dos partes, que los integrantes del departamento de comunicación de la empresa debemos tratar de solucionar con maestría y mano izquierda, sin perder de vista la relación de igual a igual que debe unirnos y, por tanto, desterrando cualquier tipo de conveniencia. 

En general, trataremos siempre de dar respuesta a sus peticiones, aun cuando sea para decir que no. Debemos comprender que el trabajo de los periodistas debe ser ágil y que hacerles esperar demasiado, puede dejarles sin capacidad de reacción para llevar adelante la información que les ha tocado cubrir.

En definitiva, en la relación medios-empresas, la clave es el respeto mutuo por la labor de cada uno, que es algo que los dos deben comprender, aunque siempre hay quien, en ambas esferas, no lo hace. Pero eso  es ya otra historia, que abordaremos más adelante…